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CÓMO ESTÁ EL PATIO

ZP, Mou y la importancia del modelo

La tradición, cuando comienza el otoño, es vaticinar que algún personaje famoso "no se comerá el turrón" desempeñando el cargo que en esos momentos ostenta. Cuando el público señala a algún referente social como candidato a ser destituido antes de que comiencen las fechas navideñas, lo normal es que el pronóstico se cumpla.


	La tradición, cuando comienza el otoño, es vaticinar que algún personaje famoso "no se comerá el turrón" desempeñando el cargo que en esos momentos ostenta. Cuando el público señala a algún referente social como candidato a ser destituido antes de que comiencen las fechas navideñas, lo normal es que el pronóstico se cumpla.

En estos días tan señalados que se avecinan tenemos a dos personajes, polémicos donde los haya, sobre cuya capacidad para resolver los problemas de las organizaciones que dirigen hay ya serias dudas. Nos referimos, obviamente, a Zapatero y a Mourinho, y no necesariamente por ese orden.

Para ser honestos, debemos señalar que en el caso de ZP no existe el menor dilema sobre su incompetencia, sino la certeza absoluta de que es genéticamente incapaz de hacer algo útil para resolver los gravísimos problemas que él mismo ha creado en esta empresa llamada España, de la que asombrosamente es consejero delegado por votación mayoritaria de los patéticos accionistas. En efecto, en lo que respecta al presidente del gobierno, es evidente que tiene las horas contadas y que dejará sus responsabilidades en el momento exacto en que su esposa lo decida, que es como deben funcionar las partes de un matrimonio bien avenido con aspiraciones a envejecer juntas.

Distinto es el asunto del entrenador del Real Madrid, sobre el que persiste la duda de si es tan torpe como dejó de manifiesto en el Camp Nou o si lo del pasado lunes se debió, simplemente, a que los millonarios a su cargo tuvieron un mal día.

Tal vez, como apuntan los estilistas del fútbol y el pensamiento político, todo se reduzca a una cuestión de modelo. Esto del modelo debe de ser importante, porque hay una "unanimidad altísima" –que dice un político autonómico algo coñón– en que lo fundamental para dirigir un equipo humano es tener eso, un modelo.

Zapatero y Montilla.El Barça de Guardiola y la Alemania de Merkel se caracterizan precisamente por tener un modelo muy preciso, a cuyos principios someten cualquier estrategia, bien a base de peroratas intelectualoides y buen rollito, como Pep, bien con disciplina prusiana, como la lideresa germana. El caso es que en ambos casos sus empleados sujetan su quehacer diario a un guión establecido y todo funciona a plena satisfacción de la clientela.

Mou y ZP, en cambio, carecen de un modelo identificable para gestionar los asuntos de su competencia. Tienen a personas brillantes a su mando, como Cristiano Ronaldo o Leire Pajín, pero es evidente que la genialidad aislada no puede suplir al modelo que toda empresa debe observar si quiere alcanzar el éxito.

El entrenador portugués, además, cae bastante mal en esta España envidiosa porque no pide perdón a nadie por su éxito. Aquí, si eres rico y ejerces una profesión mediática tienes que convertirte en un apóstol de la solidaridad con pinta de buhardillero, o de lo contrario serás pasto de tertulianos y comentaristas deportivos de telediario, que son quienes deciden si mereces ser respetado o no en tu trabajo. Zapatero, por su parte, cae mal simplemente porque la gente se ha cansado de verle hacer el ridículo en nombre de todos los españoles y de soportar las desgracias cotidianas provocadas por su progresismo desaforado.

¿Quién abandonará antes sus responsabilidades? Difícil cuestión, porque no parece haber en el mercado de invierno un entrenador solvente para el Real Madrid ni un presidente del gobierno pasable para España. Candidatos hay varios para los dos puestos, pero ninguno con la calidad contrastada que habría de exigirse para ocupar un cargo de ese nivel en circunstancias críticas como las actuales.

No, si al final vamos a tener que aplicar la Estrategia Rajoy: Dios proveerá... o no.

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