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CÓMO ESTÁ EL PATIO

Teddy Bautista y otros benefactores de la humanidad

El ordenamiento jurídico común es una brida constitucional que constriñe la plena realización de organizaciones filantrópicas como la Sociedad General de Autores de España, ejemplarmente dirigida por Teddy Bautista en los últimos años.


	El ordenamiento jurídico común es una brida constitucional que constriñe la plena realización de organizaciones filantrópicas como la Sociedad General de Autores de España, ejemplarmente dirigida por Teddy Bautista en los últimos años.

La consecuencia de este anacronismo es que por un quíteme allá esos millones, el exlíder del inmortal grupo musical Los Canarios e intérprete nunca superado del Judas de Jesucristo Superstar, se ve ahora ante la justicia para dar abundantes explicaciones de su gestión.

Es raro que no haya salido ningún intelectual declarando que Teddy es de derechas, porque como es sabido la izquierda no roba y si lo hace es únicamente a los ricos para repartirlo a los pobres, pero no es descartable que un próximo manifiesto de los abajofirmantes habituales denuncie al todavía presidente de la SGAE como un agente de la reacción para desactivar el movimiento progresista beneficiario del canon digital. Es lo que le faltaba al bueno de Bautista, progresista do los haya, que lo acusen de ser un agente del neoliberalismo salvaje y el capitalismo opresor.

Los problemas de la SGAE con la justicia nos presentan un panorama ciertamente complicado para seguir defendiendo a una organización paraestatal dedicada supuestamente a defender de los embates del capitalismo a sus afiliados más menesterosos. Es que, seamos sinceros, a la Sociedad General de Autores de España se le tienen ganas, y eso que ya no está Ramoncín.

El famoso canon digital, invento nada capitalista sino ejemplo perfecto de la coacción institucional promovida por el socialismo, puso a la organización liderada por Bautista en una posición delicada respecto a la sociedad en general. La gente en los ambientes socialdemócratas suele blasonar de solidaria pero siempre que la filantropía se ejerza con el dinero de los demás. Cuando se trata de una norma que no distingue entre consumidores progresistas y fachas, la comprensión que exige la alta labor para la que Teddy siempre estuvo predestinado cae muchos enteros hasta convertir a sus trujamanes en el enemigo número uno, especialmente para el sector más joven. No porque a nuestra juventud, siempre amorcillada, le haya surgido cierta vena contestataria para defender espacios de libertad arrebatados por el poder público, sino porque con la crisis económica los jóvenes andan bastante tiesos y encajan bastante mal tener que pagar indiscriminadamente a unos señores que, al menos en apariencia, no parecen estar precisamente en la indigencia.

Los socialistas de base harán bien en analizar de dónde parten las iniciativas que primero les insultan y después les aligeran el bolsillo, y en muy poco tiempo hasta ellos llegarán a la conclusión de que su origen siempre está en las ideas que supuestamente ellos profesan.

Los iconos de la izquierda, por ejemplo, les dicen que la banca internacional roba y que el capitalismo destruye a la humanidad, pero es dudoso que el votante medio del PSOE o IU maneje productos financieros arriesgados en los mercados de divisas para percibirlo en primera persona. En cambio, si va al chino de la esquina a comprar una caja de cedés para pasar las fotos de la excursión a la Puerta del Sol, el gobierno lo cruje de forma inmediata para darle la pasta a unos señores con unos sueldos que centuplican el del progresista medio tal y como anda actualmente la economía.

Los benefactores de la humanidad son así. Para ensalzar un principio abstracto tienen que perjudicar a todos y cada uno de sus representantes individuales, especialmente en lo que al dinero se refiere, porque voluntariamente aquí nadie da ni los buenos días salvo a las organizaciones benéficas de la Iglesia Católica. Ya sé que jode, pero es así.

Si sale con bien de esta cornada rubalcábida, Teddy tiene todavía una salida profesional. La presidencia de Cáritas. Yo de él echaba el currículum. 

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