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CRÓNICA NEGRA

Prisiones de leche condensada

Aquí se puede estar imputado en un secuestro con extorsión y estar en la calle como una de las víctimas del asesinato de la discoteca Heaven Palace. También se puede ser un pederasta y no ir a prisión porque al juez se le olvide hacer cumplir su propia sentencia. Si eres un asesino múltiple, la condena te sale de rechupete: es frecuente pagar solo por el primer crimen. Es decir, que cuando se pasa de los treinta años de pena se cumplen dieciséis o dieciocho a todo tirar; luego vienen los permisos de reinserción, y, si no lo estropea la Doctrina Parot, quedas bien con la familia con dos de pipas.

Aquí se puede estar imputado en un secuestro con extorsión y estar en la calle como una de las víctimas del asesinato de la discoteca Heaven Palace. También se puede ser un pederasta y no ir a prisión porque al juez se le olvide hacer cumplir su propia sentencia. Si eres un asesino múltiple, la condena te sale de rechupete: es frecuente pagar solo por el primer crimen. Es decir, que cuando se pasa de los treinta años de pena se cumplen dieciséis o dieciocho a todo tirar; luego vienen los permisos de reinserción, y, si no lo estropea la Doctrina Parot, quedas bien con la familia con dos de pipas.
España está blandita y es sensible al narcotráfico. Al Negro Santamaría, presunto narco activo, lo dejaron en libertad porque estaba deprimido y lo mismo se suicidaba. Pasaba demasiado tiempo en el tigre, replegado sobre sus cuartos traseros, melancólico como madame Bovary. Bastó con un papel del loquero en el que venía a decirse que la vida entre rejas lo había puesto triste. Así que sus señorías le concedieron la libertad de la que todavía no ha vuelto.
 
En el plazo de unos meses han desaparecido alijos de droga de los cofres de la policía en las jefaturas de Sevilla y Valencia. En la primera, cien kilos de coca se transformaron en otros tantos de harina gracias a la varita mágica de la impunidad. Aunque ha pasado un año, nadie ha pagado los platos rotos, y se sospecha que el perico ha arrasado la napia de los consumidores sin vuelta atrás. En Valencia se evaporaron veintidós kilos de farlopa de una incautación en la que estuvo de por medio el rey de Caquetá, Leónidas Vargas, y sus trescientos, que en realidad fueron quinientos, kilos disfrazados en un envío de mermelada de piña. Aunque también estaban vigilados, pulvis eris et in pulvis reverteris, de la Jefatura pasaron, en horas veinticuatro, al fiel consumidor.
 
El ministro Rubalcaba, que lleva un tiempo preocupado por la incidencia del crimen organizado en la Península, ha oído voces en su despacho, como el Hijo de Sam en su cerebro, y estimado que el asesinato de Leónidas en su habitación del 12 de Octubre, cuatro tiros con silenciador, ya es una cosa como para preocuparse. Así que ha dicho con firmeza que a partir de ahora todo esto pasa a ser prioritario. No como antes, que se estaba haciendo el sueco por ver si bajaba la inflamación.
 
El caso es que se ha visto que se puede ir tan campante por las calles del centro de Madrid con pistola, braga militar, bufanda y gorro, perfectamente cubierto, como en los tiempos del motín de Esquilache, que quiso acortar la capa española e imponer el sombrero de tres picos para dejar libre la cara. En este momento histórico en que se pretende ser eficaz con el pasado, revolver los muertos en sus tumbas, los cobradores de los grupos mafiosos se reparten la ciudad y el campo, los secuestros exprés y los más diversos tráficos. La dama blanca entra y sale de los barcos, de las prisiones, y si se tercia de los depósitos policiales, como si ésta fuera tierra bananera.
 
Los disparos resuenan desde Ópera a la plaza Celenque, de Arenal a la Puerta del Sol, en la quinta planta del hospital 12 de Octubre, referencia del Sur, coronarias y trasplantes. "¿Está Leónidas?". Pum, pum. "¡Estaba!, que vengo de Persia, Colombia, tras uno de los 19 narcos más famosos del universo, socio de el Mejicano, colega de Pablo Escobar, que vino a curarse del pulmón como la Dama de las Camelias y ha muerto de una nueva infección hospitalaria: exceso de plomo en la sangre".
 
Mercedes Gallizo.El escenario está despejado, activo, caliente; pero es que las cárceles son de aquí te espero. No hay ninguna por debajo de las tres estrellas, y las hay de cinco tenedores. Como la de Picassent, donde la señora Mercedes Gallizo, directora de Instituciones Penitenciarias, ha puesto barra libre. Allí se ha celebrado en estas fiestas de fin de año un guateque con final sorpresa en el que actuó, para deleite de los reclusos, una stripper que se lo hizo hasta el tanga, mientras el público rugía de satisfacción. Bien aireadas las partes pudendas. Lección de anatomía para reclusos. Depilada, morena de rayos uva, firme de pezón y tacón. Centenares de presos en reinserción, entre los que se contaban agresores sexuales, violadores y maltratadores, se pusieron a cien con el número estrella de la bella desnuda que se restregaba los pechos con leche condensada en movimientos sincopados, sicalípticos, sicotrópicos y enmarañados. Mientras, el Doctor Amor, al que emparentan con Dinio, intentaba aplacar el desmadre.
 
Las cárceles españolas son el mejor espectáculo: lo mismo se mueren unos cuantos de no se sabe qué pasote, como en Zuera, que se celebra una despedida de la inocencia con boys en el que besan al bombero del amor. Por cierto, parece difícil de aceptar que tanto entusiasmo, tal cumbre de ceremonia educadora se celebrase en Picassent a palo seco. Para las mafias mixtas de delincuentes españoles y búlgaros que roban coches de lujo, las de rumanos que clonan tarjetas, las de albanokosovares aluniceros, las de los negratas del vudú, las de los malotes que cruzan el Charco bajo la advocación de la Virgen de los Sicarios, las de los delincuentes de la Europa del Este que se encargan de la seguridad de algunas discotecas, las de los capos del tráfico internacional, las de los vendedores de armas y las de proxenetas, la exhibición en plan Bagdad, con la bailarina dándole al glúteo y a las mamas como cántaros, no parece que haya sido un explosivo disuasorio.
 
Antes, en una cárcel, lo más parecido a una representación pública era una misa castrense, pero con los actuales gobernantes se puede aspirar a una sucursal del Caballo Loco, La Ostra Azul y El Paraíso de las Mil Noches. Visto que no hay en España leyes a la altura de la oleada de violencia que se nos viene encima ni estrategia de combate contra la industria del crimen, que se ha instalado entre nosotros con armas y bagajes, solo faltaba que en las prisiones, en las que se entra y se sale con tanta alegría, la permanencia sea agradable: se está caliente en invierno y fresco en verano, con piscina, paddle y celda de matrimonio para parejas, con gran estrambote de desnudo picante. Ella, él, hot sex, hard boiled, bajo las transparencias de seda o el disfraz de bombero, pectorales de gimnasio o silicona, abdominales de mil flexiones y culo de pedernal, llevan la alegría a las grises tardes de encierro. No hay discriminación ni homofobia.
 
En el corral de Gallizo tampoco hay crisis: hay para pan y para romper la pana. Asombro del mundo son sus prisiones con artistas de renombre: la Mata Hari de los Cien Velos, el Trípode Monstruoso y la Bella de Picassent, que ha condenado al olvido la mantequilla de El último tango en París.
 
 
FRANCISCO PÉREZ ABELLÁN, presentador del programa de LIBERTAD DIGITAL TV CASO ABIERTO.
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