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CÓMO ESTÁ EL PATIO

Los outsiders

En el pobre panorama de precandidatos a la presidencia del PP se echa en falta la presencia de elementos poco conocidos pero que aporten ideas frescas para pilotar con éxito la nave socialdemócrata en que se ha convertido ese partido tras la épica alocución ilicitana de Rajoy.

En el pobre panorama de precandidatos a la presidencia del PP se echa en falta la presencia de elementos poco conocidos pero que aporten ideas frescas para pilotar con éxito la nave socialdemócrata en que se ha convertido ese partido tras la épica alocución ilicitana de Rajoy.
Es cierto que convertirse en candidato a la presidencia del PP es una hazaña casi heroica, dado que el interesado necesita más de quinientos avales de otros tantos compromisarios del partido, y no es probable que haya tantos políticos suicidas dispuestos a contravenir las órdenes del aparato para favorecer a un parvenu ajeno a la estructura oficial. Si finalmente se estableciera un sistema de elecciones primarias la cosa cambiaría, puesto que la decisión recaería en los afiliados al corriente del pago de las cuotas y no en un selecto grupo de representantes oficiales, con lo que alguien con capacidad de persuasión tendría alguna posibilidad de convertirse en el Zapatero de la derecha (perdón por lo de "el Zapatero"; y, todavía más, por lo de "la derecha").
 
¿Saben ustedes cómo funciona la elección de compromisarios en el Partido Popular? No se preocupen, yo se lo cuento. Todo comienza en las agrupaciones locales, en las que se presentan una o varias listas que optan a la representación de esos votantes en el congreso. Lo normal, en el 99% de los casos, es que se presente sólo una lista, la oficialista, en cuyo caso, y según los estatutos, no se realiza votación alguna y los integrantes de la misma son proclamados compromisarios automáticamente. Si en alguna agrupación surge un grupo de aguerridos inconformistas que forma una lista alternativa, jugará con la desventaja de enfrentarse a la oficialidad, de mucho mayor tirón entre los afiliados; así que el que triunfe una candidatura alternativa tiene las mismas probabilidades de ocurrir como que a usted o a mí nos toque la Bonoloto, o que Moratinos diga alguna vez algo inteligente: aproximadamente cero.
 
A pesar de las numerosas trabas existentes para que un afiliado desconocido se presente como candidato a líder del PP, ha habido algunos movimientos en ese sentido. El más conocido en su día fue el de doña Cristina Castro, que gracias a su decisión de optar a la carrera sucesoria tuvo sus buenos quince minutos de gloria radiofónica. El principal hito en la trayectoria política de esta señora fue ser desalojada por los seguratas de la última convención nacional del PP, luego de que se pusiera de pie e interrumpiera el discurso del orador que en ese momento ocupaba la tribuna. Las convenciones de los partidos, como es bien sabido, no están pensadas para que los afiliados digan lo que piensan, hasta ahí podíamos llegar, sino para ocupar varios minutos en los telediarios con imágenes del personal aplaudiendo sonriente al líder máximo. Ocurre aquí como en el extinto Consejo Nacional del Movimiento durante el Franquiense, cuya única función era reunirse una vez al año para escuchar un discurso del aconsejado.
 
Hay un movimiento incipiente surgido de las bases que pugna por la instauración de un sistema de primarias, para que todos los afiliados al corriente del pago de las cuotas puedan votar al candidato que prefieran. Estaría muy bien, la verdad, que algo así acabara sucediendo, porque de esa forma podríamos ver a varias decenas de socialdemócratas defendiendo el carácter eminentemente socialista del Partido Popular. Sería una bonita carrera, un todos contra todos para ver quién es más socialdemócrata que Rajoy y más liberal-socialista que Soraya, que ya es decir.
 
Así las cosas, no es descartable que apareciera en escena Jorge Verstrynge, el único político de la derecha dura que ha completado el recorrido del espectro sociopolítico (ahora mismo no sabemos en qué zona exacta del círculo se encuentra). Por no mencionar a Vidal-Quadras, que, muy a su pesar, sería llevado en procesión por los varios miles de peperos que no se identifican con un partido cuyas direcciones regionales elaboran páginas web sólo en la respectiva lengua vernácula y en cuyos territorios estudiar en lengua castellana es todo un vía crucis, pese a que se trata de un derecho garantizado constitucionalmente.
 
Miren, es que en esas condiciones hasta me podría presentar yo; como independiente, por supuesto. ¿Alguien sabe cuánto cobra el presidente del PP?


MI ANÁLISIS DE LOS CANDIDATOS PEPEROS: ALBERTO RUIZ GALLARDÓN - ESPERANZA AGUIRRE - MARIANO RAJOY.
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