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CRÓNICA NEGRA

Los hombres de Ginés

El policía chuleta que practica la extorsión, se emborracha de gorra en el local de alterne, recibe favores sexuales, cacea a las prostitutas, utiliza el coche patrulla como lecho, detiene, interviene y expropia con exceso de autoridad es una figura del cine negro... y de la más palpitante actualidad.

El policía chuleta que practica la extorsión, se emborracha de gorra en el local de alterne, recibe favores sexuales, cacea a las prostitutas, utiliza el coche patrulla como lecho, detiene, interviene y expropia con exceso de autoridad es una figura del cine negro... y de la más palpitante actualidad.
En Coslada, una localidad madrileña de 90.000 habitantes gobernada por el PSOE con el apoyo de otras fuerzas de izquierda, se investiga si el jefe de la Policía Local, Ginés Jiménez, es el cerebro de una banda corrupta surgida en la propia policía. De confirmarse las imputaciones, los polidelincuentes llevarían muchos años actuando sin que los representantes del pueblo se dieran por enterados.
 
Hay en lo que se dice imprecisiones e imputaciones falsas, pero también una carga innegable de veracidad. Se venía hablando en Coslada desde hacía mucho de un grupo de guripas que vivían por encima de lo que marcaban sus sueldos; que conducían vehículos de lujo, se movían siempre en pandilla y se hacían llamar El Bloque. Los supuestamente más enterados destacan que se habían hecho tatuar el nombre del grupo –o al menos la inicial be inicial– en las ingles o en salvas sean las partes.
 
Todas las miradas están puestas en Ginés Jiménez, Gines de Alcantarilla (el de Pasamonte es el del Quijote), jefe de la Policía de Coslada durante mucho, mucho tiempo. Es el tal Ginés un cincuentón bien plantado, de rostro armónico y tupé, con una licenciatura en Periodismo, que se ha hartado de dar ruedas de prensa sobre seguridad mientras los cosladeños denunciaban los desmanes de algunos agentes de la localidad; y las putas, que las obligaban a acostarse con ellos por la jeró, o sea por la cara.
 
Ángel Viveros (imagen tomada de su blog: http://angelviverosblog.psmpsoe.es/)Lo peor de Coslada no son sus policías corruptos, sino sus cargos incorruptos, callados como muertos ante los rumores, las denuncias públicas, las quejas y los gritos de la gente, sistemáticamente desoída por el tripartito de la izquierda que gobierna, es un decir, la localidad. A estas horas, el alcalde sigue siéndolo. No ha tenido la vergüenza de dimitir, pero sus convecinos ya le han calado.
 
A sólo unos kilómetros de la capital del reino, en el entorno del aeropuerto de Barajas, hay un lugar donde, según se indaga, la policía ha llegado a hermanarse con mafiosos rumanos dedicados a la trata de blancas. Se acusa a los agentes más cercanos al jefe de amenazar, pegar, chantajear y atemorizar a propietarios de bares, comercios y locales de alterne. Las prostitutas pagaban en carne las exigencias del Bloque; hacían un rápido o una entrega a bordo de los zetas pitufos, quizá mientras sonaban a toda marcha las sirenas.
 
No crean ustedes que los políticos se sienten avergonzados por no haber puesto coto a las andanzas de Ginesillo de Alcantarilla. A éste se le suponen más de dos décadas de dominio absoluto, como si Coslada estuviera en México o en algún lugar de Bolivia o Venezuela. Durante todo ese tiempo se ha sentido tan fuerte, que ha plantado cara a concejales y regidores, y todos han huido como de la peste de ponerle en su sitio. Por no atreverse, ni se atrevieron a ponerle un supervisor, pese a las irregularidades, denuncias y sospechas que llevaban lustros acumulando polvo.
 
La Comunidad de Madrid hizo el esfuerzo de enviar agentes de la Bescam a Coslada, para incrementar los niveles de prevención y seguridad. Sin saberlo, echó gasolina al fuego. El auténtico jefe de la villa fue convirtiendo la inversión en un falso dato, difundiendo con sus malas artes de periodista chiripitifláutico que en su demarcación los delitos habían bajado. Y quizá fuera cierto que en Coslada no había prácticamente delincuentes... fuera de la policía.
 
Tipos guapos, gente de gimnasio, atléticos, fardones, chicos de músculo y pipa, de palo y hierro, los extorsionadores de Ginés, los hombres de Ginés, cuentan y no acaban en Coslada, vacilaban más que un submarino bajo el agua. Dicen que algunos agentes de la Bescam fueron captados por el capo local. Si así fue, los responsables de la Comunidad deberían proceder la pertinente depuración. ¿Emplean los ayuntamientos la Bescam para servir a los ciudadanos? El caso de Coslada revela que el descontrol puede provocar que algunos de quienes están ahí para protegernos acaben resultando la peor amenaza.
 
 
FRANCISCO PÉREZ ABELLÁN, presentador del programa de LIBERTAD DIGITAL TV CASO ABIERTO.
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