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CÓMO ESTÁ EL PATIO

Entre Pajín y Solana. Buscando sucesor a Zapatero

José Luis Rodríguez Zapatero es ya un político amortizado incluso dentro del propio PSOE. Ha sido tan nefasta su gestión (¿gestión?), tan destructivos los resultados de estos seis años de gobierno y tan letal el legado político que deja, en medio de una nación desvencijada, que hasta el partido de Alfonso y Juan Guerra, Barrionuevo y Roldán se avergüenza del personaje.

José Luis Rodríguez Zapatero es ya un político amortizado incluso dentro del propio PSOE. Ha sido tan nefasta su gestión (¿gestión?), tan destructivos los resultados de estos seis años de gobierno y tan letal el legado político que deja, en medio de una nación desvencijada, que hasta el partido de Alfonso y Juan Guerra, Barrionuevo y Roldán se avergüenza del personaje.
Se impone un recambio al frente del PSOE de cara a las próximas elecciones, si antes no se produce una asonada interna que lleve a Zapatero a disfrutar de una vida relajada lejos de La Moncloa, acompañando a Sonsoles a sus ensayos corales y sus jornadas de buceo, o a las niñas a sus quedadas góticas con el resto de la pandilla. No desechen esta última posibilidad, que podría convertirse en real a poco que la Unión Europea decida que con una Grecia en el euro es más que suficiente y obligue a ZP, por ejemplo, a suprimir las subvenciones a los sindicatos, los de clase (alta) y los de la ceja, con la conmoción social que esta dramática acción produciría en las calles españolas.

La pregunta, en esta situación hipotética, sería: ¿quién está mejor preparado para sustituir a Zapatero al frente del gobierno y del PSOE? En realidad, cualquiera es más solvente que el actual presidente; pero no se trata de una cuestión de capacidad intelectual o de genio político, sino de encontrar a una persona que mantenga las señas de identidad del socialismo radical de Zapatero y palíe, siquiera en parte, el destrozo monumental que ha causado aquél. Hay varios candidatos, pero todos responden a uno de los dos modelos de político socialista que, para mayor claridad, hemos encarnado en Javier Solana y Leyre Pajín. A continuación les refiero los rasgos distintivos de ambos personajes.

– Javier Solana

Tiene a favor su gran versatilidad, lo que le permitiría decir en Madrid lo contrario que en Cataluña sin que se le moviera una cana. De coordinar la campaña del PSOE en contra de la OTAN pasó a dirigir esta organización militar cuando bombardeó Belgrado sin la preceptiva bendición apostólica de la ONU, detalle que al socialismo en general le tuvo sin cuidado en su momento, pues hasta que no llegó Aznar al poder no descubrieron que eso de que los mafiosos de las naciones unidas otorguen el salvoconducto para atacar a un país es cosa de mucho progreso.

En el lado negativo tenemos que Javier es hermano de Luis Solana, un tipo tan peculiar como Zapatero y e igual de inteligente, al que seguramente haría ministro en un departamento importante, con las consecuencias que todos podemos imaginar.

Sea como fuere, lo cierto es que Javier Solana, el Doceavo, está ya algo mayor para meterse en estos fregados, otra circunstancia que corre en su contra, a pesar de que en la Unión Europea se le aprecie bastante, dicho sea en su desdoro y en el de Bruselas.

En la categoría de recambios modelo Javier Solana estarían Almunia, Rubalcaba, Solbes, Eduardo Madina, Pepiño, Maleni Álvarez y Celia Villalobos.

– Leyre Pajín

Lo tiene todo para ser la primera presidenta del gobierno de España. Es joven, socialista, progre, con tres sueldos y una mamá que da golpecitos de estado en su terruño particular. Su capacidad dialéctica, sólo equiparable a la de Pepiño Blanco, y su facilidad para la metáfora aparatosa la convierten en un personaje al que el votante medio del PSOE otorgaría su confianza sin el mayor problema de conciencia. El ministerio de su compi Bibiana haría una campaña institucional para declarar fuera de la ley a los machistas de la derecha extrema que decidieran no votarla, con lo que tendría ya medio trayecto recorrido. Su falta de experiencia laboral y su absoluta ignorancia acerca del funcionamiento de la vida real son dos ventajas añadidas de cara a los votantes, que suelen preferir la imaginación desbordante de un estulto progresista al rigor intelectual y la capacidad personal de los aburridos candidatos con que la derecha española suele concurrir a las citas electorales.

En el grupo de candidatos Leyre incluiríamos a Zerolo, Bibiana, Beatriz Corredor (que, aunque nadie lo sepa, además de joven, feminista y sectaria es ministra de Vivienda), el líder de los pandilleros universitarios asturianos que le montaron una bronca a Aznar, el Gran Wyoming, Pilar Bardem y, por supuesto, Celia Villalobos.

Observarán que hemos dejado de lado a Felipe González Márquez, pero creemos honestamente que con catorce años en el poder ya tuvo bastante. Y para qué hablar de los españoles.
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