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CHUECADILLY CIRCUS

El País y la Nebrera me matan

La gran ventaja de ser free lance es que puedes leer la prensa sin que te reprochen falta de celo profesional. Pero para diligencia, la de los pundits de EP: mientras investigan lo de los terroristas suicidas del 11-M, aún tienen tiempo para estrenar formato y denunciar a los neonegacionistas. California se enfría, descubren calzadas romanas bajo las nieves eternas de los Alpes y en zonas heladas de Groenlandia aparecen restos de construcciones de madera. ¿Recuerdan que en los 80 nos hablaban de la Nueva Glaciación?

La gran ventaja de ser free lance es que puedes leer la prensa sin que te reprochen falta de celo profesional. Pero para diligencia, la de los pundits de EP: mientras investigan lo de los terroristas suicidas del 11-M, aún tienen tiempo para estrenar formato y denunciar a los neonegacionistas. California se enfría, descubren calzadas romanas bajo las nieves eternas de los Alpes y en zonas heladas de Groenlandia aparecen restos de construcciones de madera. ¿Recuerdan que en los 80 nos hablaban de la Nueva Glaciación?
Como todos saben, EP luce nuevo look y denominación –ahora es "global", como la chorrada del calentamiento–. Me recuerda al nuevo ABC y a la versión tabloide del londinense The Times. Dadas las dificultades por las que atraviesa el NYT, no me extraña que Prisa haya decidido emular a los rotativos progre-conservadores, aunque yo que ellos me lo habría pensado, pues ni el diario de Murdoch ni el de Vocento pasan por sus mejores momentos.  
 
A pesar de los cambios cosméticos, poco ha variado en el periódico. Por ejemplo, la sección de Cartas al Director sigue siendo con diferencia la más divertida y desternillante. Izquierdismo casposo camuflado con kilos de la peor cursilería: "Felicidades por este renovado PAÍS que sigue haciendo mejor el país donde crecerá [mi hijo recién nacido] Daniel". Algunos no saben qué hacer para pillar una suscripción gratuita.
 
El cachondeo continúa en los editoriales y, claro está, en el Fede Affair, que lo salpica casi todo (se recomienda el uso de guantes). Califican de xenófobo al partido ganador de las legislativas suizas porque propugna la expulsión de los extranjeros que cometan delitos graves: si no fuera porque en España basta una condena de un año para darle la patada al inmigrante díscolo, uno pensaría que ZetaP y los suyos pertenecen a una peligrosa secta neonazi.
 
Giddens.En las páginas de opinión, Anthony Giddens, sociólogo de cabecera de peperos despistados y consumidores de coles de Bruselas –eso sí que es un peligro medioambiental–, exige mayor intervencionismo para combatir el cambio climático, proclama que es "obligatorio" que modifiquemos nuestras costumbres y culmina lamentando: "Tal vez sea necesaria una catástrofe (...) para que la gente comience a prestar la debida atención". Me pregunto a qué corriente del estalinismo amable pertenece la célebre Tercera Vía del británico. Seguro que Juan Costa y La Salmones conocen la respuesta.
 
Como antídoto a tanto desatino, les propongo el suplemento "OÉ!" de La Razón, mi daily de referencia, donde cada lunes nos enteramos de todo lo que ha dado de sí la jornada liguera. Lo mejor, "El cabo del miedo", un rifirrafe amistoso entre J. A. Martínez Abarca, que me gusta un rato –los rizos me ponen–, y María José Navarro, a quien cada fin de semana emulo sin éxito –no me refiero a las horrendas gafas de sol ni al desfasado peinado de lesbi combativa, sino al talento–. Más abajo, Tommy Uphill pone a caldo a Fernando Alonso (bocazas, repelente...) y califica de histéricos a sus admiradores, los que llevamos meses indignados por "el contubernio de Munich pagado por Mercedes". Digo yo que tampoco es para tanto. Hoy en día casi nadie es inmune a la pression de la pensée unique, que diría Sarko.
 
Menos florida y mucho más ordinaria resulta Marina Castaño, quien acusa al Dalai Lama de apoyar las tesis separatistas de Carod Rovira, le tilda de "pobre desinformadito" y afirma categóricamente que el Tíbet es "parte inalienable del territorio chino". Confirmado: el exceso de tinte rubio tiene un efecto nefasto sobre las neuronas. Una cita apócrifa, un insulto y una burrada perpetrados en tan poco espacio dan que pensar. El artículo se titula "Dos bluffs", aunque los malintencionados dirían que en realidad el texto contiene un tercer farol: el de la inteligencia de su autora. Ver para creer.
 
Cambiando de tema, me gustaría proporcionarles unos cuantos tips turístico-margolianos para que disfruten al máximo su próxima escapada matritense. A la Castaño le sobra con las boutiques de Ortega y Gasset y Serrano –los vecinos de la zona piden que deje de aparcar en doble fila–, pero me consta que mis lectores preferirán sensaciones más fuertes en el puente de Todos los Santos.
 
Para epatar esta temporada, nada mejor que acercase a Godeamus Easy Cooking, una tienda especializada en gadgets de cocina, y preguntar a Francesca G. Aldrich, que compatibiliza la televisión (Noche de Cine en Intereconomía, Discovery Channel...) con el asesoramiento culinario por las nuevas y exclusivas cestas de Navidad.
 
Detalle del escaparate de Godeamus.Las hay de todas las clases y precios, desde la de vino hasta la infantil, para que los niños trasteen a gusto en la cocina y de paso aprendan a sobrevivir tras la hecatombe climática que se avecina. Mis favoritas son la decorativa, formada por tres preciosos bowls para sopa, arroz o flores secas, y la de ensalada, que cuenta con una gran bandeja donde colocar y ordenar los ingredientes de cualquier plato frío. Recuerden: regalar comida en tiempos de crisis es una grosería, y podría ser tomado como una indirecta. Además, la tienda está a tiro de piedra del estadio Santiago Bernabeu: así que, mientras sus maridos babean ante los trofeos del club más global, ustedes pueden hacer algo de provecho.
 
Si lo que les gusta es una buena comida en un ambiente amable y sofisticado, no dejen de reservar mesa en Divina La Cocina, el mejor restaurante de Chueca. Les recomiendo las croquetas caseras, las ensaladas y los pescados, y de postre el flan de romero y la fastuosa bomba de chocolate. El ambiente es acogedor (pocas y amplias mesas, iluminación directa, colores cálidos), y los camareros, fornidos y simpáticos: destacan dos mulatos venezolanos sacados de algún ring de boxeo, aunque las apariencias engañan, pues ambos son más dulces que la miel, e incluso admiten bromas –sólo las mías.
 
Los borrachines de toda la vida deben acercase a Museo Chicote, que desde su renovación, hace tres años, ha recuperado su posición como el cocktail bar más chic y desenfadado de la capital. Pueden saborear un delicioso Cosmopolitan, la bebida de Carrie Bradshaw, a media tarde, y luego disfrutar de las sesiones nocturnas, animadas por los DJ más punteros. Ambiente pijo-moderno, aunque sin pasarse, y bastante ligoteo hetero.
 
Los veinteañeros y víctimas del botox quizá prefieran la mítica Long Play, de la Plaza Vázquez de Mella, reconvertida en dance club ambiguo y desinhibido por obra y gracia de un magnífico equipo de relaciones públicas liderado por el rubio Javier, un querubín de metro ochenta ataviado con camisetas ceñidas y políticamente incorrectas. En la planta de arriba se puede fumar, bailar techno y seducir en unos sillones largos y cómodos. En la de abajo la atmósfera es mucho más alocada, como de fiesta de cumpleaños masiva, y la tolerancia general permite que a partir de las tres de la mañana algunos enciendan cigarrillos en la zona de la barra del fondo. Lo de menos es la música, una combinación de divas americanas, ritmos de siempre y las últimas novedades del Miami Sound pachanguero. Frente a la pista, una inmensa tarima a dos metros de altura donde reinonas andinas y maripijas zona sur contonean sus minúsculas caderas con más gracia que la mismísima Jennifer López. Atrévanse.
 
Y si lo que buscan es un poco de high culture, no se pierdan esta exposición sobre las revistas ochenteras de vanguardia, restos de aquella rebelión quevediana contra poetas güeros ahogada a golpe de subvención por los hijos de la vanidad y la porfía. La fuerza siempre estuvo del lado de las instituciones; la valentía, nunca.
 
***
 
A punto de concluir estas líneas, me emociono con el llamamiento de mi amiga Carina Mejías, la whip del PP en el Parlament, a la insurrección contra el tripartido catalán a través de las ondas de COPE. Es como en los años 70 pero sin cócteles molotov en el bolso. Supongo que a la insumisa Nebrera y su cuchipanda (ella y dos más, no se crean) la protesta les parecerá un acto de españolismo intolerable. Montse prefiere lucir palmito en los platós de Cuatro y tirar de la Visa Oro de algún colegui. Cría cuervos…
 
 
Enquire within: chuecadilly@yahoo.es
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