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CÓMO ESTÁ EL PATIO

Donde inicio mi carrera como Profeta del Climate Change

Amigos, vayan preparándose para el cataclismo final, porque una nueva glaciación está a punto de abatirse sobre el planeta. Lo decimos el astrofísico ruso Khabilullo Abdusamatov y yo mismo, sin ir más lejos.

Amigos, vayan preparándose para el cataclismo final, porque una nueva glaciación está a punto de abatirse sobre el planeta. Lo decimos el astrofísico ruso Khabilullo Abdusamatov y yo mismo, sin ir más lejos.
En la próxima década comenzarán a bajar las temperaturas de forma alarmante, los ríos se congelarán, las nevadas serán catastróficas y el mundo entero se enfrentará a una era glacial. Como no soy como Su Goricidad, un vulgar materialista avaricioso, y mi único fin es salvar al planeta, si quieren saber más sobre el Apocalipsis climático que se avecina... se lo cuento todo a cien mil euros la conferencia.
 
El científico ruso Abdusamatov, que de esta cosa del frío sabe un huevo, aunque sólo sea porque ha tenido los santos ídem de medir año tras año las temperaturas siberianas, a unos cincuenta bajo cero de media; mi admirado Khabilullo, decía, afirma sin lugar a dudas que estamos en los prolegómenos de una glaciación cuyo punto culminante tendrá lugar a mediados de este siglo, aunque sus efectos comenzarán a notarse ya en la próxima década.
 
Las consecuencias para la Humanidad de un cambio climático de esa especie serán mucho más graves que las anunciadas cuando aún pensábamos que la Tierra se estaba calentando (con perdón). De hecho, a todos nos molesta mucho más el frío intenso que una subida de 0,7 grados de media (menuda mariconada), que es lo que el planeta se ha calentado en el pasado siglo. Si todo el mundo está aterrorizado por este levísimo incremento de la temperatura, imaginen la que se puede montar cuando descubran que vamos a tener que usar un edredón con mangas hasta para ir al water-closet.
 
La mortalidad de los viejecitos pachuchos aumentará en los duros inviernos que se avecinan, lo cual, a pesar de que Bernat Soria pueda acabar dando saltos de alegría, pues ya no tendría que hacer campaña a favor de la eutanasia, no deja de ser una jodienda, sobre todo para aquellos depravados reaccionarios que aún sienten cierto cariño y respeto por sus mayores.
 
La culpa de esta glaciación en ciernes no es de Aznar (¿pueden creerlo?), sino del Sol, que es uno de los cuerpos celestes más reaccionarios de toda la galaxia, lo que ya es mucho decir.
 
El Sol, señoras y señores, tiene un cinturón, a modo de correaje falangista pero de plasma, cuya velocidad de circulación es la responsable de la actividad de las manchas solares. A menor ritmo de circulación del plasma, menor actividad solar. Pues bien, Khabibullo y otros científicos independientes, como el belga Callebaut, probablemente sobornado también por las multinacionales fabricantes de abrigos de pana, han observado que el aumento de la temperatura media del planeta está a punto de llegar a su cenit, y que en una década comenzará lo que ellos denominan una "mini Edad de Hielo". La actividad del cinturón de plasma solar será en unos años tan baja como a finales del siglo XVI, cuando el Támesis, el Sena y los canales holandeses permanecían congelados desde el otoño hasta la primavera.
 
El mundo se enfrenta, por tanto, a una amenaza sin precedentes, contra la que hay que empezar a luchar sin perder un minuto. Lo más importante, de momento, es abarrotar de fondos mis cuentas corrientes, a fin de que pueda preparar adecuadamente una estrategia de concienciación de la Humanidad. Hay que hacer videoclips que anuncien la inminente glaciación, y un documental en el que se vea a muchos ancianitos pasando frío en las calles. Siguiendo la doctrina Gore sobre la licitud de exagerar el mensaje para que la gente se asuste lo suficiente, incluiremos en el material audiovisual escenas de playas caribeñas vacías con grupos de bañistas arropados con mantas paduanas, tiritando de frío en torno a una hoguera.
 
Todo lo que sea necesario con tal de salvar a la Humanidad. Porque la Humanidad, como sabe muy bien Su Goricidad, es muy puñetera y no deja que se le salve tan fácilmente. Hay que hacer documentales, pronunciar conferencias a doscientos mil talegos la unidad, viajar de un lado a otro del planeta a gastos pagados, recoger premios constantemente, recibir en la espalda la palmadita de los líderes políticos más concienciados, como nuestro Z, y soportar la verborrea de las misses y las modelos de alta costura, que se entusiasman con nada.
 
Pues bien, yo estoy dispuesto a soportar todos esos inconvenientes, y muchos más si fuera necesario, porque amo a la Humanidad. Pero empecemos por lo más urgente, que, como decía al principio, pasa por hacer de quien esto escribe un hombre rico. Sigamos un orden lógico en este proceso, y estoy seguro de que el planeta acabará salvándose. Su Goricidad lo hizo todo en este orden, y no me negarán que el resultado ha sido fastuoso.
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