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CRÓNICA NEGRA

"Camas calientes" en la prisión, invento de CIU

Enésima revisión del Código Penal, con repaso a 150 artículos, sin consenso y sin amplio espectro. Unos toques tipo gatopardo para que, cambiando algo, todo siga igual. Y si no, al tiempo. La mezquindad de los partidos políticos puede observarse en uno de los acuerdos: el de castigar a los multirreincidentes.

Enésima revisión del Código Penal, con repaso a 150 artículos, sin  consenso y sin amplio espectro. Unos toques tipo gatopardo para que,  cambiando algo, todo siga igual. Y si no, al tiempo. La mezquindad de  los partidos políticos puede observarse en uno de los acuerdos: el de  castigar a los multirreincidentes.

Dicho así parece como si se hubieran preocupado por los joyeros, los plateros, los relojeros, los peleteros y otros comerciantes. Pero no, qué va. El arreglo es entre políticos pequeñitos y han llegado a un acuerdo ratón. Resulta que a los nacionalistas de CIU llevaba tiempo preocupándoles la reiteración de los hurtos que son esos robos descafeinados, sin fuerza ni daño contra las personas. De los que hay que preocuparse, claro, pero no venderlo como si fuera el bálsamo de Fierabrás. Y aprovechando que al PSOE no le convienen reconocer ahora la cadena perpetua, por la que ha roto las conversaciones con el PP, estos políticos aldeanos que están a ver qué se llevan en la boina, le han arrancado a los socialistas penas más duras para los ladrones que hurtan. Olvidándose, por cierto, de los verdaderos multirreincidentes que atracan, torturan y matan, gente de fusca y tralla.

Tienen gasto asegurado para un registro electrónico de los que cometan estos nuevos delitos con potestativa de prisión. Con el fin de cubrir el expediente se añade una coletilla, estrambote, o cebá al rabo, que es la creación de la figura de libertad vigilada para condenados por graves delitos que hayan cumplido condena. Pero hombre, ¿esto es así, o se han equivocado? ¿Cómo vais a castigar de nuevo a los que ya han sido castigados? Se han envuelto en el pañuelo nacionalista y casi se matan de la emoción. Es lo que tienen los tratos mini en el casal de mini ratón.

De modo que ahora un descuido de menos de cuatrocientos euros ya no será una falta, sino un delito, que puede penarse hasta con seis meses de cárcel. Igualmente, antes cuatro faltas eran un delito y gracias a la capacidad negociadora de CIU ahora, con tres faltas, se comete un delito. ¿Y qué? Pues que algunos carteristas pueden ver agravadas sus condenas por ser considerados un grupo delictivo. Además, CIU, para que se observe bien su galanura negociador, explica en los diarios –en los más afines– que, por ejemplo, las penas de cárcel para los descuideros se cumplirán los fines de semana, porque ellos, que son muy mirados, están a todas y no quieren empeorar el colapso de las cárceles. De tal modo que han inventado "la prisión patera" o la "celda de camas calientes" y así, los fines de semana, digo, cuando los presos normales salen de permiso para reincorporarse a la sociedad, su sitio lo ocuparán estos delincuentes que celebran el finde entre rejas. Echados sobre la colchoneta palpitante del último mohicano.

No sé lo que pensaran ustedes, pero yo me quedo con la boca abierta ante las intenciones de prevención y combate al delito que muestra CIU, junto a su economía doméstica, con habilidad sin igual para ahorrar el chocolate del loro. Estos políticos pequeñitos se han ido contentos a su esquina, dejando a los verdaderos peligros de la reincidencia en la calle, como son los atracadores. O sea, que van los de CIU y prestan atención al que quita el bolso, pero si te quita la vida, se cansan de mirar. Es que son unos mataos, podría decirse.

Los periódicos partidarios titulan con optimismo este esfuerzo a braga quitada entre el nacionalismo light y el PSOE potentísimo: "Los carteristas irán a la cárcel durante los fines de semana", dicen, donde debieran decir que los chorizos de medio pelo dormirán "en las camas calientes" que dejen los delincuentes de permiso. Las cárceles patera se abrirán los días de vacaciones para que los gatitos duerman sobre el calor de los tigres al sol. Se espera de la infinita paciencia de Instituciones Penitenciarias que no caigan en el enredo de los CIUs. Por lo tanto, tendrán que habilitar dependencias nuevas para los gachós de poca monta que se arriesguen a llevárselo muerto, frente al genio desatado de los hábiles negociadores que hace tiempo tienen puesto el ojo en toda sustracción al descuido, en los robos sin intimidación ni violencia, en los piqueros que trabajan con los dedos en forma de pico, en los que utilizan el truco de la mancha o la zancadilla. En todos aquellos que arramblan con equipajes sin amo, bolsos o maletines. De todos los amigos de lo ajeno, de calles transitadas o cafeterías que se llevan, si te descuidas, el coche con las llaves puestas y el bebé a bordo. Se llevan objetos de tiendas y del interior de los vehículos y ahora la fría determinación de la política que aprovecha un enfrentamiento para colar una obsesión.

En España se hace preciso ya tocar los artículos del Código Penal en presencia del criminólogo, tras escuchar a los colectivos que se quejan de falta de seguridad, tras consultar a los padres de los niños desaparecidos, de las niñas violadas y desaparecidas. Estos de CIU, en su vuelta al terruño, deberían responder ante los joyeros, plateros y relojeros, ante los pasteleros y dueños de comercio en general que, como en toda España, no ganan para sustos; y que les expliquen, si es posible, que ya que estaban arremangados tratando de enderezar el código punitivo, han sido incapaces de llegar a un acuerdo más amplio sobre los delincuentes más peligrosos, conformándose con una cárcel de "camas calientes", una política de cortos vuelos y una reforma pequeñita, como ellos, que sólo miran para las cosas nimias de la casa.

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