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CRÓNICA NEGRA

¡Aparta tus sucias manos de la Guardia Civil!

¡Sí, eso! ¡Alto! ¡Dejad en paz a la Guardia Civil, que cada día la retocáis un poquito con vuestros dedos gruesos, con vuestros dedazos de políticos metepatas, y la vais a acabar de fastidiar!

¡Sí, eso! ¡Alto! ¡Dejad en paz a la Guardia Civil, que cada día la retocáis un poquito con vuestros dedos gruesos, con vuestros dedazos de políticos metepatas, y la vais a acabar de fastidiar!
Estaban ahí los agentes con los tricornios recuperados, que con la gorra no parecían ni los mismos, haciendo controles mismamente, con sus motos y coches, cuando les llegó la noticia de que ZP se ha quedado pobre de pedir. Así es que a ellos, los austeros de toda la vida, les toca el Recortazo.

El Ministerio del Interior manda que se ahorre, que se corte el despilfarro. En la actividad normal hay que andar con pies de plomo, guardando, repescando céntimos mediante el truco de conducir con las ventanillas cerradas, reducir la movilidad en carretera y poner SMS en vez de hacer llamadas.

Se recomienda recorrer la superficie objeto de vigilancia una sola vez, al principio de la guardia. Durante el resto del día, se aumentarán los estacionamientos en lugares conflictivos y tramos de concentración de accidentes. En una de las medidas contempladas en el documento del 27 de abril en el que se incluyen recomendaciones para realizar una conducción económica se recomienda prescindir de los frenazos bruscos. Se fomentan unas medidas que, aunque en el fondo son el chocolate del loro, son capaces de estropear el equilibrio con el crimen organizado.

A la Guardia Civil la dejan sin dos de pipas, precisamente cuando las mafias campan por sus respetos por la Piel de Toro, donde se roba y se lava más dinero que nunca. A la Guardia Civil, caminera, acostumbrada a hacer de tripas corazón y a tirar del coche de San Fernando, un rato a pie y otro andando, para recorrer los peores parajes del territorio, se le viene con el hacha de los recortes y hasta se le ordena espaciar los controles de alcoholemia. Si hace nada se ponía a los bebedores rumbo al trullo, ahora se informa de que no hay boquillas desechables para todos.

No gastar, escribir en vez de llamar, escribir SMS antes que gastar lápiz y papel, ¡pero no estarán exagerando! Lo peor de todo es que este ya es un país con fama de acogedor con los delincuentes, y aunque la policía es buena como el pan y santa como Teresa de Calcuta, los chulo-piscinas pasarán por el lado de los beneméritos con el bemeúves a todo meter.

Menos pruebas, menos cárcel, menos recaudación. Los chicos del relevo tendrán que diagnosticar una cogorza como antes, como siempre, por el olor a alcohol y la danza de cánticos regionales. La Guardia Civil precisa de un presupuesto suficiente, redondo y valedero, para compensar sus esfuerzos. A los guardias no hace falta enseñarles a ahorrar: lo hacen siempre. Una de las cosas fascinantes de este gran cuerpo policial es su autenticidad y su responsabilidad. En su Museo de Armas, todas están limpias y preparadas para disparar; no hay una sola inutilizada o impedida. Hasta las que les han ido quitando a ETA están en el mejor grado de conservación. Es increíble, pero nobleza obliga.

Y ahora les vienen con la mandanga de que no hay para renovar los coches, ni para munición...
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